Había un nómada que pasaba su vida caminando por las montañas y sufría constantemente por la rugosidad y la aspereza del suelo, ya que no tenía zapatos. A lo largo de sus andares, comenzó a recoger pieles de animales muertos y a extenderlas en los senderos de montaña, cubriendo así las piedras y las astillas. Con todo este esfuerzo, sin embargo, sólo pudo cubrir algunos centenares de metros cuadrados. Finalmente se dio cuenta que sólo tenía que usar unas pocas pieles para hacerse un par de zapatos, y podría caminar miles de kilómetros sin sentir ningún dolor. Con sólo cubrir…
Tag: